miércoles, 7 de julio de 2010

VICENTE

Noche… nieve… calma…perfecto el momento era junto a la luz de una hoguera.
Al lado, sentado un niño, frio…blanco…en silencio, tenia un dolor muy adentro.
Sus lágrimas que morían en su sonrisa, sonrisa de locura…soñando que lo sucedido jamás habia
ocurrido.

Vicente le llamaba su madre, su padre apenas le llamaba.
Dos días, dos noches, encerrado en su habitación, no comía, no bebía, apenas sí se levantaba.
En su habitación..una muñeca de porcelana…en su regazo…su gato Fu le arropaba.

Golpes en la puerta daban, gritos, insultos y rabia.
“Abre ahora mismo, niñato,como sigas así te juro, te mato”
Vicente cerraba sus ojos, vicente agarraba a su gato.
Y mientras aquello ocurría tambores solo escuchaba, magia, risas y cantos.
Nada a Vicente dañaba, su padre apenas le llamaba.

El chico abría sus ojos, tras la tempestad viene la calma.
Enfrente la muñeca se encontraba, mirada fría,sonrisa endiablada.
Vicente ya levantado, fuertemente la agarraba.
“¡No me mires con esa cara!” gritaba…

La habitación a oscuras solo la Luna reflejaba, la muñeca de porcelana.
La ventana estaba abierta, solo unos metros de altura.
Atando bien sus dos sábanas bajo la ventana se hallaba.
Vicente tenía hambre… pero a esas horas ya nada abre.

Su gato Fu le seguía, corrían… corrían… lejos de aquella casa, donde nadie les veía.
Sus padres oyeron pisadas, y cuando salieron al jardín…
…pasaron bajo la ventana donde las sábanas tiradas, a Vicente delataban.

Con un candelabro en una mano y un palo en la otra, maldecía a Vicente por haber nacido.
Furioso, gritando que le encontraría, tras la última casa del pueblo,
en la cima de la colina, en el cementerio se metía.
La noche no se acababa, la nieve sobre el cementerio asomaba…
…las luces del candelabro…se apagaban.

Lápidas llenas de nieve, Vicente y su gato tras una, escondidos estaban.
“No hagas ruido Fu…”decía Vicente”…han oido nuestras pisadas”.
Vicente miró en la tumba de enfrente…un borracho yacía dormido encima .
Cansado de llorar a un amor pasado.

Vicente desvió su mirada, una luz a lo lejos se acercaba.
Era su padre con el palo envuelto en llamas.
Gritos y amenazas, a Vicente y Fu asustaban.
El gato del niño no se despegaba.

El hombre borracho del ruido se levantaba.
“¡Dejadme dormir con mi amada!” desconsolado gritaba.
El padre de Vicente apenas se inmutaba.
Y al pobre borracho la luz del palo en llamas le molestaba.

“¡Apaga la luz maldito!” y el borracho su botella de alcohol lanzaba.
La llama del palo se agigantaba.
Era su palo…con el padre envuelto en llamas…
“¡Vicente!” Un grito de auxilio le lanzaba.

Noche… nieve… calma…perfecto el momento era junto a la luz de una hoguera.
Al lado, sentado un niño, frio…blanco…en silencio, tenia un dolor muy adentro.
Sus lágrimas que morían en su sonrisa, sonrisa de locura…soñando que lo sucedido jamás habia
ocurrido.

Vicente su madre le llamaba, su padre….apenas le llamaba.