jueves, 19 de agosto de 2010

PARTE PRIMERA (En las redes de Stone)


Y Rod, supongo que no tendré que recordarte que ahora yo soy The Boss.
Para empezar, Orador tú estás muerto, el cuerpo del doctor te sustituirá en
tu entierro, ¿te parece bien?” No hubo respuesta. “No te preocupes por él,
formaba parte de mi hospital y no tenía ningún familiar ni nadie que le
pueda echar en falta. Te marcharás lejos de aquí, muy lejos. Quizás a
alguna isla paradisíaca, donde puedas estar controlado por mis hombres”.
“Como habrás imaginado, yo no hago las cosas por caridad. A cambio
deberás prestarme tus servicios cuando yo los necesite. Ekusonihs, llévatelo
ahora en uno de mis aviones, tengo que hablar con Rod. ¡¡A solas!!”
“Bueno, bueno Steven Rod, natural de Iowa, ¿te preparo una sopa de
fideos?,tu plato favorito o si lo prefieres puedo ponerte algo de música
clásica, La Valquiria de Wagner, tu canción favorita ¿verdad?. También
puedo resucitar si así lo quieres a tu admirada Marilyn Monroe, todo con
tal de que estés lo más a gusto posible.” –“Gracias, ya lo estoy”- respondió
Rod. -“Como ves llevo siguiéndote casi desde que cometiste tus primeros
atracos. Te seré claro, quiero que trabajes para mí. Quiero que seas mi
asesino a sueldo, mi mano derecha. Ekusonihs, ya está mayor, es solo un
par de años menor que yo y yo ya tengo los 56. Tendrás una buena paga
diaria, casa y un buen coche. No te faltará de nada. Es más si necesitases
asistencia médica tienes mi hospital, en el que estuviste hace unas horas.
También será tuyo. A cambio solo mata para mí. Piénsatelo. Por cierto
dormirás en la habitación de la derecha, junto a mi sobrina Terry”. Una vez
dentro Rod vió a una muchacha joven y guapa. Pronto intimaron, y Terry le
contó que su padre era de Waterloo como él y que cuando nació ella, su
madre, la hermana de Fredy, murió y este quiso llevarse a su sobrina con él
pues el padre era un borracho que no sabía ni por donde caminaba. A los
pocos meses de conseguir la custodia de Terry, se enteró que el padre se
suicidó, pues le entró una fuerte depresión la cual no aguanto sin su
pequeña hija. Pero Terry nunca se lo echó en cara a su tío pues las cosas
hubiesen sido muy distintas de no haberlo hecho, y quizás ella estaría por
las calles vagabundeando o prostituyéndose. Una vez terminaron de hablar,
se tomaron unas copas y comenzaron a hacer el amor. Fredy Stone pudo oír
desde su habitación las risas de su sobrina, y comenzó a reírse el también.
Eso quería decir que había aceptado su oferta aunque solo fuese por su
sobrina.

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